Aunque este nuevo enemigo común, llamado COVID-19, nos amenace diariamente y nos empuje a una crisis de consecuencias inciertas para todos, son muchos los jóvenes que sacan lo mejor de sí mismos, enfrentándose a esta difícil situación desde la esperanza y el deseo de luchar por sus derechos y seguir avanzando en la consecución de sus objetivos personales.
Rocío Hernández Fernández, de 29 años, natural de Orgaz, es un vivo ejemplo de motivación y esfuerzo constante en conseguir sus metas. Como decíamos hace algún tiempo, es una de esas jóvenes sobradamente preparada. Con veinticuatro años decidió independizarse y venir a vivir a Toledo, compartiendo piso, en búsqueda de oportunidades de formación profesional. Desde entonces, no ha parado de hacer cosas, formándose en la rama de administración y gestión, como auxiliar de oficina, conocimientos de informática y en digitalización documental. Tiene formación en el sector de Hostelería y alojamiento turístico como "Camarera de Pisos" y en el sector servicios adquirió formación como "Auxiliar de Limpieza".
A estas alturas de la presentación, decir que nuestra protagonista en una de las muchas personas con discapacidad de nuestra región, y conocer esta particularidad de ella, nos enseña que no hay limitaciones, ni barreras que nos puedan impedir seguir avanzando. Sabemos que, hoy en día, las circunstancias afectan directamente a jóvenes como Rocío, reduciendo sus posibilidades a la hora de encontrar un empleo, lo que sin lugar a dudas conllevará a otras consecuencias que afectarán a sus objetivos personales. Sin embargo, podemos ver en nuestros jóvenes con discapacidad una vía de solución, o al menos, una alternativa en la lucha de muchas empresas contra esta grave crisis a la que nos enfrentamos.
En este momento, más que nunca, la diversidad de nuestra sociedad se alza como una solución y no un problema. Podemos encontrar talentos que pueden aportar a nuestras empresas, haciendo valer su compromiso y responsabilidad social. Jóvenes con discapacidad, sobradamente preparados, que sin lugar a dudas aumentarán el poder competitivo de nuestras empresas con sus capacidades personales y profesionales, y su influencia positiva en el resto de compañeros y compañeras de trabajo. Un último estudio realizado por el Observatorio de Especificidad de la Facultad de Ciencias del Trabajo, de la Universidad de Granada, y el Grupo de Entidades Sociales CECAP, demuestra que la incorporación en plantilla de personas con discapacidad, mejora el clima laboral de la empresa, lo que supone a medio plazo, un aumento del rendimiento del equipo profesional, que contribuye directamente a la mejora en la cuenta de resultados.
En la actualidad, el Grupo de Entidades Sociales CECAP, a través de su herramienta de apoyo a las empresas, FUTURVALIA, ha diseñado una estrategia de fortalecimiento empresarial basada en la puesta en valor, más que nunca, de jóvenes como Rocío, no solo por sus competencias, más que de sobra demostradas, sino también por todo lo que nos aporta y enseña.
Gracias Rocío, y por extensión a todos aquellos jóvenes con discapacidad que, aun siendo quizás los primeros en vivir las consecuencias de esta crisis, seguís enseñándonos que ante el talento, la capacidad de superación, la ilusión, el esfuerzo, la motivación, y otras muchas cualidades y competencias, no hay COVID-19 que nos venza.
Reportaje Digital Castilla-la Mancha