EL DESCUBRIMIENTO DE TALENTOS EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO

El tiempo nos dio la razón en gran medida, a aquellos que pensábamos que detrás de la palabra «discapacidad» se esconde un gran talento, un potencial que está por encima de cualquier diagnóstico. En estos momentos de lucha contra el Covid-19, donde la palabra confinamiento ha aparecido en nuestras vidas, hemos podido comprobar cómo las personas con «discapacidad», están adaptándose a esta difícil situación dejando ver todas sus fortalezas, participando activamente en las labores del hogar, adaptándose a condiciones de teletrabajo o estudiando a través de herramientas tecnológicas como cualquiera de sus compañeros de clase. Es ahora, cuando podemos sacar algunas conclusiones, dejando retratados a aquellos que pensaban que estas personas dependían de siglas o instituciones, incluso de profesionales que se entendían como imprescindibles.

Creo sinceramente, que estamos ante un momento histórico que marcará un antes y un después en la forma de entender esta realidad social. Profesionales como yo, hemos quedado relegados al plano que nos corresponde, siendo unas meras herramientas de apoyo en su día a día. Incluso, estamos viendo que nuestra presencia tampoco era determinante. En estos momentos sus familias están haciendo toda la labor de apoyo que nosotros realizábamos de forma presencial, siendo ellos los grandes capacitadores. Soñábamos con el momento de su empoderamiento, en el que se dieran cuenta de todo esto. Lamentablemente, ha tenido que ser un maldito virus el que nos pusiera frente al espejo y nos hiciera reflexionar, llegando a conclusiones que quizás a algún que otro profesional o institución le hiera en su ego. Personas como yo, somos necesarias, pero no esenciales. Es decir, no dependen de nosotros, ni tan siquiera de las siglas que hemos montado, a modo de instituciones o entidades que hemos considerado como imprescindibles. Esto va de otra cosa.

El tercer sector está llamado a evolucionar y este momento nos ofrece una oportunidad única para atrevernos a transformarnos de una vez por todas, eliminando estructuras innecesarias y apostando por profesionales de apoyo que ejerzan su labor en los hogares, colegios y barrios donde todos ellos y ellas deben participar como uno más, siendo sus herramientas a la hora de afrontar las exigencias a las que cualquiera de nosotros estamos sometidos día a día. Nos han demostrado que están a la altura, y nosotros debemos saber ocupar nuestro lugar. Debemos igualmente saber reconocer la tremenda importancia de la tecnología en nuestro quehacer diario. Estas herramientas han llegado para quedarse y debemos integrarlas en nuestro día a día profesional, tecnificando un sector que hasta el momento se ha movido entre lo arcaico y lo artesanal.

Recuerdo perfectamente una conversación que tuve, hace ya varios años, con mi madre. Ella fue quien, con una sola frase, pudo hacerme ver la verdadera realidad de estas personas. En aquella conversación, yo le mostraba mi enorme frustración como psicólogo por no haber «curado a nadie». Entendía la realidad de estas personas desde mi formación terapéutica, y siempre bajo la creencia, de que debía ser yo como profesional el responsable de su «cura». Mi madre, tras escuchar mi retahíla, y no antes de animarme diciendo que era un gran psicólogo, dio con la clave……«hijo, quizás no estén enfermos», dijo.

A veces, la respuesta no está en los grandes manuales, basta con mirar a nuestro alrededor y saber ver. Espero que nos podamos quedar con algo positivo en este difícil momento, que nos pueda servir en un futuro, sino el coste que estamos asumiendo sería una condena perpetua para la sociedad de hoy.

Andrés Martínez Medina. Presidente del Grupo de Entidades Sociales CECAP